Cuando eran niños, Rémy y su hermano mayor Julién pasaban horas y horas en el bosque. Preparaban saltos para BMX, derrapaban en los giros, y andaban picándose continuamente; los pinares de los Vosgos fueron testigos de la forja de unos campeones. Poco a poco, los hermanos Absalon pasaron de las BMX a las bicis de montaña y, a partir de ahí, ya conocemos el resto de la historia.
Como todos sabéis, Julién se centró en el cross country y tuvo varias temporadas en las que no se le dio nada mal. Rémy, el hermano menor, optó por hacer algo un poco diferente. Compitió en XC, descensos y lo que ahora conocemos como enduro, hasta descubrir que esta última disciplina era la que se le daba mejor. En una región que ofrece tanta diversidad, estas bicis tan “polivalentes” fueron el cómplice perfecto para que Absalon explorara las diferentes facetas creativas del deporte.