Lo curioso es que cuando le pregunté qué le parecía el esfuerzo necesario para subir en bicicleta la altitud del Everest, George Mallory me contestó:
“Tuve suerte en el Everest porque contaba con el inmenso apoyo de los sherpas, los compañeros del equipo y, sobre todo, con buen tiempo. Todo salió bien y resultó más fácil de lo que esperaba.
“Dicho esto, yo pensaba que subir al Everest requeriría un esfuerzo físico brutal. Por supuesto, subir a pie a una cima es diferente a hacer series en el Donna [Buang], pero en la montaña utilicé mis diez ascensos al Donna Buang como referencia para comparar los tres días más importantes del ascenso.
“El día que subimos a 7800 m cargados de provisiones y sin apoyo de oxígeno, fue equivalente a cinco vueltas al Donna; el día siguiente, hasta los 8300 m con apoyo de oxígeno limitado y poca carga fueron unas seis vueltas, y el ascenso final a la cumbre equivaldría a unas seis vueltas.
“Recuerdo que mientras hacía esas comparaciones pensaba que tampoco era un esfuerzo tan brutal lo que estaba haciendo.’ Teniendo en cuenta mi estado de forma actual (soy 22 años mayor), es una carga de esfuerzo muy grande en tres días. Antes de subir al Everest nunca había hecho series en el Donna Buang en días consecutivos, y la verdad es que espero que nunca tenga que hacerlas.
“En términos generales, yo diría que un ciclista que pueda ascender 8848 m en un tiempo decente – pongamos que por debajo de 18 horas – probablemente tenga lo que hay que tener para subir al Everest, siempre que utilice apoyo de oxígeno, se aclimate bien y tenga suerte con el tiempo.”