Un sprint en el desierto – Robin nos cuenta su Badlands 2023

Otra actuación increíble de Robin Gemperle en la que acabó siendo la edición más rápida de Badlands. Este año el desierto ha puesto a prueba a todos en una aventura increíble y una carrera feroz.

Y no es porque lo digamos nosotros: sigue leyendo y verás lo que cuenta Robin de la carrera. 

“Es la primera vez que llegaba a Granada sin tener claro a qué aspiraba. La Badlands parecía ser un nuevo tipo de reto, más corta que la distancia a la que suelo rendir mejor y, por lo tanto, repleta de profesionales procedentes de disciplinas de ciclismo más tradicionales. Por supuesto, iba a salir a por la victoria, pero mejor no ir diciéndolo por ahí. 

La carrera empezaba el domingo a las 8 de la mañana, y tenía previsto cubrir los 750 km y 15 500 metros de desnivel positivo del desierto español en unas 40 horas. Cuando vi que otros corredores querían salir a toda velocidad en las primeras horas, me acordé de mis años de XCO. Este año tenía mucha confianza en mis posibilidades y no me resultó fácil echar el freno, salir a un ritmo más lento, como tenía previsto, y esperar a que fueran reventando los otros corredores que habían salido supermotivados.

Como no tenía pensado detenerme a dormir, llevaba encima un equipaje mínimo. Un poco de comida, sobre todo geles, un par de herramientas y un cortavientos diminuto, a sabiendas de que las precipitaciones abundantes también traerían una bajada notable de las temperaturas. Menos equipaje significa más eficiencia: a mitad de la primera noche me encontré en la cuarta posición.

Pasar 40 horas corriendo en una carrera es muy diferente a una competición que dura varios días. Esta había sido mi carrera más rápida en los años anteriores, y ya se me había olvidado lo agotador que puede ser el ciclismo. Además, como me había entrenado para rodar más tiempo a baja intensidad y solo había tenido unas pocas semanas de preparación específica, hubo bastante más de sufrimiento que de diversión. Por eso, el desafío mental de la carrera era diferente: En lugar de enfrentarme a lo desconocido en los días previos a las carreras de mayor longitud, la prueba se convirtió en 2 días de batalla interior para seguir adelante.

Cuando faltaban unos 200 km iba en segunda posición, seguía sufriendo, pero confiaba en poder alcanzar al líder de la carrera, que había bajado un poco el ritmo, aunque también sentía la presión de ver que los que iban detrás de mí también venían apretando a buen ritmo. Así que acabó siendo un largo sprint hasta la meta, las diferencias entre los corredores se acortaban, pero no había cambios significativos. Acabé la prueba con una sonrisa, era el único corredor ultra entre otros corredores de gravel de distancias más cortas y me di cuenta de lo bien pensada que estaba la Badlands: si la carrera tuviera 100 km más, habría quedado el primero; quítale 100 km a la distancia actual, y no habría tenido la más mínima oportunidad”.

Robin terminó en segunda posición detrás de Rob Britton, con un tiempo de 39 horas y 27 minutos, para poner punto final a una temporada estelar.

Y ahora toca descansar, está bien merecido.

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