Por fortuna, nuestro amigo Daniel Schäfer no para de traernos fotografías espectaculares cada vez que sale de viaje. Ya teníamos pensados un par de lugares que nos apetecía visitar y entre los que podíamos elegir. Daniel pasó la mitad de su carrera profesional montando en La Palma y conoce la isla como la palma de su mano: era el socio perfecto para nuestro proyecto.
Llevábamos ya bastante tiempo queriendo ir a La Palma, aunque todavía no habíamos visto mucho contenido de vídeo de la isla. La Palma es una de 7 islas del archipiélago español de Las Canarias y se la conoce con el sugerente nombre de la isla de la eterna primavera.
Tuvimos todo eso en cuenta al empezar a buscar localizaciones, pero enseguida vimos que ya habíamos encontrado lo que buscábamos; es difícil encontrar un paisaje tan variado en una isla de ese tamaño. La isla acoge varios de los bosques primigenios más antiguos del planeta, senderos preciosos que evocan el Mediterráneo y espectaculares volcanes; es el sueño de cualquier director de cine.
Pasamos varias semanas con Dan buscando localizaciones por Internet y muy ilusionados con la idea de hacer realidad nuestro viaje. No se trataba de preparar una aventura épica y descabellada, sino más bien de buscar un lugar visualmente atractivo, con buenas posibilidades para la bicicleta y animaros a que montéis vuestros caballos de acero (o de carbono) para dar caña a los pedales.
Nuestro equipo estaba formado por los hermanos Tillmann, Toni, (director de fotografía), Michi (director artístico) y Andi (productor ejecutivo/deportista), Julian Mittelstädt, con la misión de realizar un reportaje fotográfico espectacular, y dos ciclistas y amigos, Felix Heine e Iraitz Etxebarria.
Una vez que nos decidimos por la ruta que íbamos a seguir y tras planificar todos los detalles, llegó la hora de subirnos al avión y huir del continente.