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He venido a Leogang, en Austria, desde la primera vez que acogieron el Mundial de Descenso en 2010. Esta zona de los Alpes es conocida por sus meses de invierno pero ya se está convirtiendo en un destino popular para los ciclistas. Si echamos la vista atrás al Campeonato del Mundo de 2002 veremos que cuando se celebró en el valle de Kaprun, en el distrito de Zel Em See puede ser donde empezó todo. Competí en la categoría junior y lo recuerdo con mucho cariño. Fue la carrera en que el gran Nico Vouilloz ganó su 10.º y último título como Campeón del Mundo.


Correr en Leogang siempre ha sido un placer. La pista todoterreno es genial y el evento tiene un ambiente muy relajado. Pero esta vez no he venido a competir. He venido a crear recuerdos que no tienen nada que ver con las carreras.



Para competir se ha de saber administrar el tiempo y la energía que tienes. No puedes pararte a ver los paisajes o desviarte por las pistas circundantes cuando estás en una carrera. Prácticamente no tienes tiempo ni de mirar las espectaculares montañas que rodean Leogang porque estás demasiado centrado en el trabajo que has de hacer. Las cordilleras de las montañas son realmente imponentes. Estaba emocionado por ver qué podían ofrecer además de la carrera y la pista de competición.


Insistí en que quería empezar con un filete al estilo de Viena y una cerveza, sin remordimientos, algo que recomiendo encarecidamente a los que vengan de visita. Al día siguiente pretendíamos ver todas las pistas posibles, pero que estuvieran fuera del bike park. La oficina de turismo local nos ayudó muchísimo para que encontrásemos nuevas pistas a las que puedes acceder con el telesilla, lo cual nos funcionó bien. También hay carreteras por las que subir y sumar más kilómetros.

Las pistas serpentean en su descenso por algunos bellos bosques y puedes disfrutar de ellos con la mayoría de niveles, sin tener que ser experto, lo cual hace que la zona sea un éxito absoluto. A mediodía comí a medio camino en la montaña con estilo “Après Ski”, lo cual redondeó la experiencia. ¡Cuidado con las vacas! Si lo que buscas es una pista más larga, el día 2 fuimos a una vieja pista de senderismo, por la que ahora se puede rodar en bici. De nuevo, senderos con vistas alucinantes y que hacen que te sientas en medio de la nada.


Durante todos estos años de carrera nunca había rodado por el bike park y está claro que no me pude resistir a hacer algunas vueltas en él y pasármelo genial en pistas más urbanizadas para terminar mi viaje. Aquí hay algo para todos los que vengan. En la región de Pinzgau, que es bien conocida por su delicioso queso, salchichas picantes, verduras crujientes y los aguardientes de la zona, los agricultores saben cómo honrar sus raíces e hicieron lo posible por mantener mis niveles de energía al máximo. No hay ninguna duda de que volveré otra vez para explorar más. ¡Por Leogang!


  • Fotografía:  Keno Derleyn
  • Texto:  Andrew Neethling
  • Vídeo:  ShapeRideShoot