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Este es el primer episodio de una serie dedicada a descubrir pueblos fantasma del oeste de Estados Unidos y los caminos de tierra que conducen hasta ellos. Con el gurú del ciclismo gravel de SCOTT Yuri Hauswald en el papel de guía, exploraremos caminos y pueblos históricos que han quedado ocultos entre montañas y desiertos.

pueblo fantasma nombre: pueblo fantasma, masculino. Definición: Ciudad, pueblo, localidad o población deshabitada, con muy pocos o ningún habitante. Normalmente presenta abundancia de restos visibles. Suele ser debido al fracaso de la actividad económica que permitía su existencia, o por desastres causados por la naturaleza o por el hombre, como inundaciones, sequías prolongadas, actuaciones del gobierno, disturbios sociales, guerras, contaminación o desastres nucleares.


Los ciclistas de países de climas fríos tienen claro que a mitad de invierno hay que hacer una escapada y huir del frío y de la nieve: es prácticamente un ritual que se repite cada año. Por ejemplo, los europeos suelen huir del norte en busca de unos días sobre la bici en lugares más templados y soleados, como Suráfrica, Mallorca, el sur de España o incluso Oriente Próximo. En Estados Unidos, los destinos habituales para ciclistas de carretera y de montaña suelen ser el sur de California, Arizona, Texas y Florida.


Otros ciclistas quizás prefieran una experiencia diferente, ir a lugares nuevos y vivir una aventura. Ese era exactamente nuestro caso: Yuri y yo nos entretuvimos en escanear mapas de Nuevo México, Nevada y Arizona para explorar un lugar donde nunca hubiéramos estado antes. Nos centramos en la zona del oeste y el sur, en los lugares que nos parecían más inhóspitos, donde aparecían menos carreteras indicadas en los mapas. Así descubrimos Ruby.


El pueblo de Ruby, Arizona, está situado a poco más de 6 km de la frontera sur de Estados Unidos. Está a unos 80 km al sur-suroeste de Tucson, rodeado del Bosque Nacional de Coronado en una región donde domina el desierto semiárido, los matorrales y montañas abruptas abrasadas por el sol.

Al pueblo de Ruby solamente se puede llegar por un camino de tierra. No es especialmente largo, y no está en mal estado. Permite la circulación de vehículos, pero es esencial que sean altos y tengan una buena suspensión. Teníamos previsto simplemente llegar al pueblo para explorar un poco, pero por toda esa zona abundan los caminos de tierra de diferentes longitudes y grados de dificultad para los más aventureros.



Se puede llegar siguiendo dos rutas diferentes. Nosotros optamos por la más larga, de este a oeste. Es un recorrido con muchas curvas, abrupto pero suficientemente cómodo, que supera numerosos collados y baja lentamente hacia el sur. Más al sur está México, con montañas ondulantes que se pierden en el horizonte. Este paisaje inspira sensaciones infinitas y espectaculares. Al norte queda el suroeste de la zona desértica de Estados Unidos, un vasto territorio dominado por cactus e imponentes formaciones rocosas.


A pesar de parecer un paisaje sin vida, en esta región encontramos plantas desérticas y pastos, además de abundante vida animal, mezquites, fresnos y robles. El paisaje es de una amplitud impresionante, pero si miramos detenidamente a la diversidad de plantas, animales y aspectos geológicos adquirimos una perspectiva completamente diferente de un terreno que sería muy fácil dejar de lado por parecer aburrido y desierto.

Recorrer este paisaje a bordo de una bicicleta nos permite meditar, restaurar energías e inspirarnos. Hay algo especial en la soledad y el silencio que invita a la introspección y a pensar en calma. En esta zona han desaparecido todos los excesos, incluso el exceso de vida. Solo las plantas y los animales más pertinaces y robustos pueden sobrevivir en este entorno seco y abrasado por el sol.


Colgado entre montañas abruptas y roquedales a una altitud de 1276 m, Ruby es poco más que un extenso laberinto de caminos de tierra sin mantenimiento, edificios de piedra y montones de hierro oxidado de lo que un día fue una explotación minera. De cara a turistas y viajeros, se anuncia como el pueblo fantasma mejor conservado de Arizona. Hay un cuidador encargado de mantener la propiedad para que puedan visitarla los valientes y los curiosos que se atreven a recorrer el camino de tierra.


Desde la carretera, iluminada por los tímidos rayos del sol de invierno, Ruby parece una explotación agrícola activa, aunque algo descuidada. También podría ser nada, simplemente unos montones de escombros abandonados. Desde la carretera no se percibe bien, así que decidimos acercarnos a verlo de cerca.

En sus principios, Ruby se llamaba Montana Camp porque en 1877 empezaron las prospecciones en busca de minerales de oro, plata, plomo zinc y cobre a los pies del pico Montana. En su época de máximo esplendor, a mitad de la década de 1930, Ruby llegó a tener cerca de 1200 habitantes. 



En 1912, el dueño de la tienda del campamento minero, Julius Andrews, fundó la oficina de correos. Andrews bautizó la oficina de correos con el nombre de "Ruby" en honor a su esposa Lille B. Ruby Andrews, y en poco tiempo el campamento minero pasó a conocerse con el nombre de Ruby. Una década después unos forajidos asesinaron a tres personas, el pueblo empezó a cobrar mala fama y se produjo la mayor operación de búsqueda y captura de la historia del Suroeste de EE. UU.


El periodo de máxima prosperidad de Ruby fue a finales de la década de 1920 y en la de 1930, cuando la empresa minera Eagle-Picher explotaba la mina y decidió ampliar el campamento. Entre 1934 y 1937, la mina Montana era la mayor explotación de plomo y zinc en Arizona. En 1936 era la tercera mina en extracción de plata. La mina cerró en 1940 y la oficina de correos dejó de ofrecer sus servicios el 31 de mayo de 1941


En la actualidad, los edificios mejor conservados son las escuelas, la cárcel y varias estructuras mineras. Cuando vas pedaleando entre las ruinas, cuesta imaginarte que aquí existió un día una animada comunidad de mineros y ciudadanos que se ganaban la vida en el corazón del desierto.



Hace 100 años, el instinto humano de búsqueda y exploración llevó a un grupo de personas hasta este lugar. Y ese mismo instinto es el que nos atrajo a Yuri y a mí 100 años más tarde: queríamos ver en persona los restos fantasmales de esta comunidad abandonada.

Y el camino de tierra y polvo casi desierto que lleva hasta Ruby es la mejor puerta de entrada posible a este pueblo fantasma olvidado con el paso de los años.


Con una bicicleta gravel puedes ir a sitios donde no llega casi nadie.



Texto: Zack Vestal | Fotos y vídeo: Scott Markewitz | Vídeo: Steven Wilke