“No es fácil trabajar además de dedicarme al triatlón. Muchas noches, tras pasar todo el día trabajando, me toca entrenar sabiendo que al día siguiente tengo que madrugar para nadar antes de volver a la oficina. A veces echo de menos la época cuando podía volver a acostarme después de entrenar en la piscina por la mañana,” comenta Annabel, que sabe perfectamente el trabajo que les cuesta entrenar a los deportistas que compiten en categorías por edad.