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En una conversación de destinos ideales para el ciclismo de carretera, el nombre de la ciudad catalana de Gerona no tarda en aparecer. Es una de las ciudades más conocidas, si no la más famosa, porque en ella residen muchos ciclistas profesionales europeos. Además, en los últimos años se ha convertido en una auténtica meca del cicloturismo. Paisajes estupendos, carreteras tranquilas y una gastronomía famosa en todo el mundo atraen a ciclistas de todo el planeta. Te invitamos a dar una vuelta con Mireia Simó y Kathrin Schafbauer para que conozcas de primera mano esta auténtica referencia en el universo del ciclismo.
Gerona, Cataluña. La ciudad y su entorno atraen cada vez a más visitantes. Muchos ciclistas y deportistas la han elegido como lugar de residencia. El casco histórico medieval de Gerona ha sido escenario de numerosas películas y es difícil encontrar una ciudad con tanta variedad de restaurantes excepcionales. Basta un paseo por la ciudad para descubrir la intensa relación de Gerona con el ciclismo. Hay cafeterías para ciclistas muy coquetas y modernísimas, y pasan por delante un par de ciclistas profesionales que salen a entrenar. ¡Gerona no está nada mal!
Acabamos de levantarnos, estoy desayunando con Mireia en Café Hors Categorie. Preparamos la ruta con un buen trozo de tarta y un café estupendo. Mireia es de Barcelona, sus padres tienen una casa cerca de Gerona. Conoce la zona como la palma de la mano, es una compañera perfecta para disfrutar de una salida con la bicicleta.
Con las pilas bien cargadas para todo el día, nos subimos a la bici y cruzamos la ciudad para afrontar el primer ascenso del día, "Els Ángels". La carretera asciende entre pinares que nos dan sombra y un paisaje perfecto para disfrutar. Es una auténtica maravilla: ¡casi no pasan coches por la carretera! Es una buena subida para empezar el día, no está demasiado empinada y es perfecta para calentar motores antes de afrontar la jornada. Desde la cima, la vista es preciosa e invita a quedarse admirando el paisaje. En el caso de Mireia, aquí es donde se enamoró del ciclismo. Aquí es donde subió con su primera bicicleta de carretera. A partir de ese momento quedó enganchada al deporte y dedica la mayor parte de su tiempo libre a las dos ruedas, igual que yo.
Pero el calor empieza a apretar y hay que volver a los pedales. Nos espera un descenso rápido repleto de curvas. Es ideal para los que buscan sensaciones fuertes. Tras rodar otra hora entre colinas onduladas y campos llegamos a Monells. Es el lugar perfecto para rellenar agua y descansar un poco. En la plaza del mercado de este pueblo tan pintoresco vemos a muchos (ciclo)turistas que descansan a la sombra. Hay muchas cafeterías y restaurantes que son toda una tentación para quedarse un ratito más.
Pero toca continuar y afrontar el segundo puerto de la jornada, con mariposas revoloteando y ciclistas por todas partes. Nos paramos un momento y echamos una foto de recuerdo. Lo bueno de este ascenso es que es continuo y sin grandes variaciones, la pendiente máxima es del 8 %. El sol empieza a bajar sobre el horizonte mientras nos acercamos a Gerona.
Para concluir un día perfecto a los pedales, no hay mejor manera que disfrutar de un buen helado en las escaleras de la catedral mientras repasamos la jornada. ¡Ha sido un día fenomenal!
La ruta sale de Gerona y de primeras nos encontramos con 10 km de ascenso hasta El Angels, seguidos de un descenso rápido a Madremanya. A partir de aquí tenemos 30 km de terreno ondulado. El segundo puerto de la jornada, Puig Moliner, son 6 km con un ascenso total de 300 m. Después de un descenso rápido viene un recorrido de 30 km prácticamente llanos antes de afrontar el ascenso a Puig d’en Carreres. Son 5 km con un ascenso de 250 m antes de regresar a Gerona. En total son 135 km con 1710 m de ascenso.
