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Nino Schurter es, sin discusión, el mejor ciclista de montaña de todos los tiempos. Pero lo que no sabe mucha gente es que el corredor suizo también es un apasionado del ciclismo en carretera y hace casi la mitad de los entrenamientos en una bicicleta de carretera. Te invitamos a acompañarlo en su ruta de carretera favorita entre los espectaculares paisajes de su tierra.
Palabras de Nino Schurter
Estamos a mediados de septiembre, la temporada de carreras de bicicleta de montaña casi ha terminado y el día nos saluda con un cielo azul radiante y buena temperatura. Es el día perfecto para salir en la bicicleta de carretera y darnos una vuelta por la montaña. Tengo mucha suerte, porque en mi tierra no solo hay recorridos impresionantes para la bicicleta de montaña, sino también para la de carretera.
La mayoría de la gente se queda sorprendida cuando les digo que alrededor del 45 % de mis entrenamientos lo hago en una bicicleta de carretera. En carretera se hacen sobre todo los recorridos de recuperación y las tiradas de largo kilometraje. Es más fácil mantener una cadencia determinada sin una intensidad excesiva. Pero las rutas que más me gustan son por alta montaña. Subir curva a curva un puerto de montaña alpino con unos paisajes increíbles y luego disfrutar de la velocidad en el descenso: son el tipo de cosas que hacen que me apasione este deporte. Mi primer amor siempre será el ciclismo de montaña, pero el ciclismo de carretera también me apasiona.
Andri Frischknecht, mi compañero del SCOTT-SRAM, vino a rodar conmigo ese día. Es estupendo tener un buen compañero de entrenamiento, sobre todo en una ruta como esta. Andri no habla mucho, pero tiene buen sentido del humor y sabe cómo sacar lo mejor de mí a los pedales: es, sencillamente, el compañero perfecto para salir a rodar.
Salimos de Tiefencastel. Está al pie del Albulapass, el primer puerto de montaña de la jornada. Son 1500 metros de ascenso en 30 km, con un paisaje espectacular. Cuando estábamos llegando a la cima decidimos ir a por un tramo del Strava. Aunque hayan pasado 3 semanas desde la última copa del mundo de MTB de la temporada, siempre estamos picándonos, incluso en los entrenamientos. Al final no lo conseguimos por unos 15 segundos. Nos pasamos de ritmo al principio y nos quedamos sin fuerzas. Así no podemos superar los tiempos de los profesionales que corren el Tour de Suiza. A la próxima no se nos escapa
Llenamos los bidones en la cumbre antes de afrontar un descenso a toda velocidad. Este es el tipo de descensos que me gusta a mí. Buscas la posición más baja y más aerodinámica posible para trazar las curvas a toda velocidad. En el ciclismo de montaña, la aerodinámica no es tan importante como en carretera. Aquí notas cada detalle aerodinámico de la bicicleta y la importancia de encontrar una buena postura. Desde siempre me ha fascinado la ciencia de la aerodinámica, soy deportista y me encanta saber cómo puedo rodar más rápido sin siquiera pedalear.
Después de rodar 28 km en el valle, llegamos a Susch, donde comienza el puerto de Füelapass. Tenemos suerte porque estos días se celebra el evento de “Cycling the Alpes”, no se permite el tráfico de coches y tenemos la carretera para nosotros solos (el evento subía por el otro lado del puerto). Es un ascenso de 14 km, con 1000 de desnivel. En la cima, la vista que hay de Davos es de lo mejor que se puede contemplar en los Alpes, y el descenso es bonito como pocos. Rápido, con buen asfalto, algún que otro giro más técnico, y vistas espectaculares. ¿Qué más se puede pedir? Es el descenso perfecto para adictos a la velocidad como nosotros.
En Davos nos detenemos otra vez para llenar los bidones antes de volver al punto de partida en Tiefencastel en un perfil de auténtico rompepiernas. Lo fácil hubiera sido terminar ahí la ruta, pero nos vimos fuertes y decidimos meter otros 15 km para terminar en Casa Caminada.
Es el restaurante de mi amigo Andreas Caminada. Tiene uno de los pocos tres estrellas Michelin (Schauenstein Castle) que hay y hace poco abrió esta terraza al lado con unos precios más asequibles. En un día así, es el lugar perfecto para recargar las pilas al aire libre, disfrutar de una comida excepcional y rememorar una jornada preciosa a los pedales. Buen tiempo, un paisaje magnífico, la compañía perfecta, y una comida estupenda. A veces, el día perfecto no tiene que ser solo tierra y barro.
Debido a contratos con sus patrocinadores, Nino corrió con ruedas DT Swiss y cubiertas Maxxis.
El recorrido
La ruta empieza en Tiefencastel y enseguida comienza el puerto de Albulapass, un ascenso de 30 km y 1500 metros de desnivel, seguido de un descenso rápido a La Punt. A partir de ahí el terreno es más llano, y a los 28 km comenzamos el ascenso al puerto de Füelapass. El segundo ascenso del día son 14 km y 1000 metros de ascenso. Un descenso rápido nos lleva a Davos. Aquí, el recorrido son 33 kilómetros de subidas y bajadas constantes hasta el punto de partida, Tiefencastel. En total son 129 km con 2750 m de ascenso. Nino y Andri añadieron otros 15 km más y 180 metros de desnivel hasta Casa Caminada.
