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Palabras de Scotty Laughland

Las Highlands escocesas forman una red inexplorada de carreteras, caminos y senderos sinuosos que suben y bajan por los Munros (una cordillera que cruza Escocia con altitudes superiores a 914 m) en el parque nacional de Cairngorms. Es una ruta que no puede faltar en la lista de ningún apasionado de las excursiones de varios días en bicicleta, todo un paraíso para los amantes del ciclismo gravel. Te invitamos a acompañar a Scotty Laughland en la nueva serie de The Escape para descubrir la increíble belleza de su tierra.



Aberdeenshire es un lugar histórico para la familia real inglesa; el castillo de Balmoral, lugar de descanso de la reina, está a pocos kilómetros de la zona, pero yo había venido a vivir aventuras y explorar nuevos territorios.

Teníamos la misión de recorrer la cuenca del río Dee en bicicleta siguiendo la mejor ruta por caminos de tierra entre Ballater y Braemar.


Ya había visitado antes Ballater para hacer ciclismo de montaña, hay unas rutas increíbles, pero nunca había recorrido la zona en una bicicleta gravel y usando Komoot. Tenía preparada una jornada completa en la que veríamos lagos, cruzaríamos puertos de montaña, fincas privadas y todo lo mejor del espectacular paisaje de Escocia. Me hacía más o menos una idea de lo que iba a ver, pero lo que me encontré fue mejor de lo que había imaginado.


Preparé mi nueva SCOTT Addict Gravel, una versión hecha a mi medida. Este tipo de aventura era nuevo para mí; solamente por los números que manejaba, iba a ser la ruta más larga de mi vida. Lubriqué la cadena, monté una bolsa en el sillín y otra en el cuadro, eché una cámara de repuesto y una multiherramienta, y los huecos que quedaban los rellené con cosas para picar. Salí de Ballater rumbo a Loch Muick. El primer tramo era de asfalto, perfecto para calentar, rodé a un ritmo cómodo disfrutando del paisaje de una de mis zonas favoritas de Escocia. El paisaje era muy variado antes de llegar al lago de Loch Muick. Me encontré con una manada de ciervos justo antes de abandonar el asfalto.



Llegamos al lago por un camino ancho y luego siguiendo un sendero con mucha piedra, abrupto y con terreno descompuesto para rodar. Cruzamos un puentecito de madera y seguimos otro camino amplio hasta el otro lado del lago antes de afrontar un ascenso largo. Costó trabajo salir del valle, tuve que levantarme del sillín varias veces con la marcha más baja, el terreno estaba suelto y no era fácil encontrar una buena tracción. Cruzamos varios arroyos y finalmente llegamos a la cumbre. Era el punto más alto de la ruta y las vistas eran impresionantes. Había dejado atrás las nubes y por delante tenía un camino de tierra sinuoso y muy bonito.


Tras devorar la mitad de la comida que llevaba, empecé un descenso que, como sospechaba, era bastante rápido. Cruzamos una finca privada y las vistas eran cada vez mejores. La panorámica de la cordillera de Cairngorn era perfecta: tenía un ojo puesto en las vistas y el otro en el camino, y tras saltar por numerosas rejillas de desagües volvimos a meternos en un bosque, seguido de un tramo rápido de asfalto.

La ruta incluía un punto destacado en la comunidad de Komoot, un camino precioso que cruzaba un bosque de pino caledonio, y no nos decepcionó. Remontamos junto a un río y decidimos tomar un desvío por una carretera de una finca privada que llega un poco más alto hasta Garbh Allt, unas cataratas impresionantes. El puente que las cruzaba era muy bonito, de la época victoriana. Era el lugar perfecto para detenernos un rato, rellenar el agua y, para los valientes, también para darse un chapuzón, pero la verdad es que no me apetecía mojarme la badana cuando todavía quedaba la mitad de la ruta.



Rejuvenecido por el descubrimiento que acababa de hacer, me preparé para el siguiente descenso por sendero, con alguna que otra curva muy cerrada hasta volver al camino ancho de la finca privada. Cruzamos el río Dee rumbo a Braemar, el lugar ideal para hacernos con cualquier suministro que pudiéramos necesitar, almorzar algo y recargar pilas para la segunda mitad del viaje. Braemar es un pueblo muy bonito con una buena variedad de cafés, hoteles, pubs y restaurantes, un lugar idílico para pasar el día si quisiéramos dividir la ruta en dos jornadas.


Tras un paso rápido por boxes, el siguiente destino era Derry Lodge cruzando por Mar Estate, donde el paisaje volvía a cambiar drásticamente. Atravesamos el valle, cruzamos un puente construido en 1848 y pasamos por bosques densos de pinos viejos antes de volver a un camino ancho muy bonito. Este tramo de la ruta era el único que íbamos a recorrer en ambos sentidos, pero cuando el paisaje es tan bonito, poco importa. Apretaba el sol de la tarde cuando pasamos por Mar Lodge y nos sentamos a la sombra en Lui Water para refrescarnos y picar algo de lo que habíamos comprado a la hora del almuerzo.



Empezaba ahora el camino de vuelta de nuestro viaje y en su mayor parte fueron tramos rápidos con algunas cuestas suaves, rodamos a buena velocidad. El paisaje que veíamos ahora en el horizonte era la zona que habíamos ascendido por la mañana. El tramo final de la ruta prevista nos llevó por un camino de tierra muy rápido. El paisaje cambió una vez más por completo a medida que nos acercábamos a la civilización, volvimos al asfalto y ya solo quedaba rodar de vuelta a Ballater. Al llegar a la estación, habíamos vuelto justo al punto donde todo había comenzado, y era el momento de descansar y recargar gasolina.



Una salida corta pero bien bonita, he descubierto nuevos lugares, he explorado una parte de Escocia que de lo contrario nunca habría llegado a conocer y he experimentado las posibilidades y la libertad que te da el ciclismo gravel, así que brindo por la siguiente ruta…


La bici de Scotty Laughland

Debido a compromisos con patrocinadores, la bicicleta de Scotty presenta una hoja técnica ligeramente diferente a la versión de la Addict Gravel 30 disponible en el mercado.


El recorrido

El recorrido empieza y acaba en Ballater, Aberdeenshire. Al salir del pueblo, hay 14 km hasta Loch Muick, y a partir de ahí se abandona el asfalto. Tras pasar el lago, empieza el mayor ascenso de la ruta, 300 m de desnivel en solo 3,5 km. Desde la cima descendemos por un camino ancho precioso antes de volver a subir por un bosque de pinos impresionante. El siguiente punto de interés es el pueblo de Braemar. Desde aquí nos dirigimos a Mar Estate, un tramo de 12 km que nos lleva al punto más lejano y desde ahí ya comenzamos la vuelta a Ballater en un recorrido mixto de tierra y asfalto. La ruta tiene en total 114 km y 1420 m de ascenso acumulado.


Es el momento: date una escapada y vívelo en persona

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  • Fotos: Jonny Cock