QQ&A con Karen y Holger, nuestros MTB padres
Si tuviereis que elegir un viaje en bicicleta con la familia, ¿cuál sería tu favorito y por qué?
La travesía de los Dolomitas fue una de las mejores experiencias porque pasamos unos días en la montaña y dormimos en refugios. Ver el atardecer con tus hijos es un momento especial y además no tienes que darte prisa para bajar de la montaña antes de que se haga de noche.
¿Qué edad tenían vuestros hijos cuando hicisteis vuestro primer viaje largo (de varios días) en bicicleta en familia?
En el primer viaje largo que hicimos tenían 8 y 12 años, a esa edad ya pueden superar la mayoría de las dificultades ellos solos, o con ayuda de los padres, que pueden llevar en su mochila el equipaje de los niños. Antes de eso solo habíamos hecho salidas de un día.
Cuando saláis con los pequeños, ¿hay algo que lleváis siempre encima?
Es esencial llevar gominolas y una goma para remolcarlos. Siempre hay que llevar algo para remolcar a los niños. Puede ser una cámara de rueda, una cuerda, o lo que sea. ¡Y no te olvides de las golosinas!
¿Habéis tenido algún contratiempo en algún viaje en bicicleta en familia? ¡Cuéntanos!
Sí, claro, siempre hay situaciones que pueden transformarse en una pesadilla. Lo peor es que tengan hambre y que no hayas echado comida, que no haya ningún refugio de montaña a la vista y que dejen de pedalear y decidan que ya no quieren seguir. ¿Qué puedes hacer en esos casos? Al final hay que ser diplomáticos y convencerlos de que continúen. Un padre y una madre también son entrenadores, amigos, psicólogos y maestros de sus hijos. ¡Todo eso en una sola persona! Pero también es divertido.
Un viaje en bicicleta que sea más largo suele incluir bastantes tramos de ascenso. ¿Cómo motiváis a vuestros hijos a la hora de afrontar los ascensos más largos?
Hay que buscar una ruta adecuada, intentar evitar los ascensos empinados y aburridos, parar a descansar de vez en cuando, tener previsto más tiempo del que sería habitual y buscar refugios de montaña donde sirvan platos de pasta bien grandes. Por supuesto, también hay que remolcarlos cuando sea necesario.