El Stelvio es, sin duda, uno de los puertos de montaña más emblemáticos en el mundo del ciclismo. Con su sucesión interminable de curvas cerradas y su paisaje espectacular, es uno de esos recorridos que todo ciclista de carretera sueña con hacer un día. Por eso no sorprende a nadie que la campeona mundial de contrarreloj actual, Annemiek Van Vleuten, y el ganador del Ironman Hawái 2014, Sebastian Kienle, lo escogieran para entrenar a mitad de temporada.
Durante los días que pasamos en Livigno tuvimos un tiempo magnífico, y el día de la ruta no fue una excepción. Por la mañana hacía un poquito de frío, perfecto para calentar motores en el primer ascenso desde Bormio a Stelvio. Unas semanas antes, por aquí rodaban las estrellas del mundo del ciclismo. Wout van Art entrenaba para su temporada de ciclocrós, el equipo Mitchelton-SCOTT se preparaba para el Campeonato del Mundo de ciclismo en carretera y cantidades ingentes de ciclistas de cross se ponían a punto antes de disputar el Campeonato del Mundo de Lenzerheide. Ahora estaba la cosa mucho más tranquila, muchas veces teníamos la carretera para nosotros solos.
Cuando llegó, Annemiek quería empezar con una ruta fácil para ir adaptándose a la altitud. Así lo hicimos, y tuvimos tiempo de disfrutar del paisaje mientras charlábamos a los pedales. Tenía muchas ganas de salir a rodar con ella, había visto un vídeo suyo y me impresionó su determinación. Aunque era una altitud que asustaría a cualquier triatleta, con un casete grande se podía subir con un esfuerzo razonable.
El programa de hoy incluía Umbrail, Stelvio y Passo Torri de Fraele. Son tres ascensos muy exigentes: ¡menos mal que me había adaptado bien a la altitud antes de afrontar una etapa tan gigantesca a los pedales! El Stelvio es el puerto más famoso de los tres, pero eso no significa que los otros sean menos espectaculares. El descenso del Umbrail es de lo mejor que te puedes encontrar, y ahora que han puesto nuevo asfalto es incluso más disfrutón. Sin embargo, el momento más importante de la ruta es el último ascenso a Passo Torri di Fraele hasta Lago di Cancano. Prácticamente sin tráfico, con un paisaje impresionante y en la cima te encuentras el mejor pastel de nueces que te puedas imaginar.
Era la primera vez que me quedaba en Livigno, pero ciertamente no será la última. Era el lugar perfecto para entrenar en verano, no solo para ciclistas de carretera, sino también para triatletas (una piscina magnífica, caminos y pista de atletismo) y para ciclistas de montaña. Lo que más me gustó fue el ambiente, aunque la proporción sea probablemente de 10 turistas por 1 residente, la sensación es especial. Hay muy buenos cafés y restaurantes (Why Not es una hamburguesería estupenda, el Hotel Larice tiene el mejor restaurante de sushi del pueblo, y Latteria es el lugar perfecto para deleitarse con un café o un helado).
Me encantaba la idea de salir a rodar con Annemiek. Es una vergüenza que el ciclismo femenino reciba tan poca atención en comparación con el deporte masculino. Pero Annemiek ha sido campeona del mundo de contrarreloj 2 veces y utiliza la misma máquina de competición que yo, la Plasma 5, así que comprendo perfectamente qué hay que tener para rodar y competir al mismo nivel que ella. Es increíble ver todos los altibajos que Annemiek ha superado a lo largo de su carrera y hasta dónde ha llegado en el deporte. Estoy seguro de que ella estaría perfectamente capacitada para ser también una estrella del triatlón.
Aunque la mayoría de los circuitos de bicicleta en triatlón son llanos, me encanta rodar en montaña. Un ascenso como el Stelvio tiene algo de espiritual. Para conquistar una cima como la del Stelvio hay que dividirla en varios tramos, sobre todo si desciendes por el otro lado y sabes cuánto te queda por volver a subir. Pero la satisfacción de llegar a la cima es una sensación que no cambia. También es más fácil rodar más tiempo con una frecuencia cardiaca elevada si tienes que dominar a la bestia dos veces en un día. En llano ya sería duro rodar 6 horas a unas 160 pulsaciones por minuto. Creo que es la mejor manera de ponerse en forma, no solo física, sino también mental. Es como si fuera un programa de desintoxicación para la mente y el alma. Estoy deseando preparar la temporada en Livigno, y seguro que llamaré a Annemiek cuando vuelva a esta zona.
La imagen muestra el modelo de serie: Debido a sus contratos de patrocinio, Sebastian utilizó un grupo SRAM eTAP, cubiertas Continental y pedales Speed Play.
La imagen muestra el modelo de serie: Debido a sus contratos de patrocinio, Annemiek van Vleuten utilizó cubiertas Pirelli, ruedas Shimano y portabidones Elite.
El recorrido
El recorrido empieza en Bormio, una de los destinos favoritos de ciclistas y motoristas en verano. Casi a partir del kilómetro cero, la carretera se empina con un promedio del 7 % durante 21 km hasta la cima de Umbrail. Ahí comienza un descenso largo y técnico hasta Santa Maria, antes de un tramo bastante llano de unos 30 km que nos lleva al comienzo de la famosa ladera del Stelvio. Tras 25 km y 47 curvas cerradas, llegamos a la cumbre del Stelvio, a 2757 m de altitud. Desde aquí un descenso rápido nos devuelve al punto de partida, Bormio. La ruta puede concluir en ese momento, pero también está la opción de atacar el Passo Torri di Fraele, con 30 km y 1100 m ida y vuelta desde Bormio.