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La Transcontinental

Lo primero, un poco de contexto: ¿qué es la Transcontinental?

Según la leyenda, la TCR es lo máximo en carreras de ciclismo sin apoyo externo en Europa.

En última instancia es una carrera de ciclismo durísima y bellísima, con un concepto sencillo, pero de compleja ejecución. Los participantes tienen que tener en cuenta la dependencia de sí mismos, la logística, la navegación y la toma de decisiones, además del aspecto físico de la prueba. Los más fuertes destacan y redefinen un nuevo mundo de posibilidades, mientras que muchos corredores aspiran simplemente a terminar la carrera.

La Transcontinental es una carrera de una sola etapa y donde el reloj nunca se detiene. Los ciclistas planifican, investigan y trazan su propia ruta, además de elegir dónde y cuándo descansan. Llevan encima solo lo que puedan transportar en la bicicleta y consumen lo que encuentren. Cuatro puntos de control obligatorios determinan la ruta y garantizan una buena cantidad de ascensos para llegar a algunos de los monumentos más bellos e históricos del ciclismo. No se permite recibir apoyo externo.

Robin Gemperle corrió su primera TCR el año pasado y acabó con un regusto agridulce. Este año vuelve a la prueba con nuevos bríos y, también muy importante, con más planificación.

Robin Gemperle

"Me empecé a interesar en las carreras ultra sin apoyo externo justo cuando menos me interesaban los deportes de competición: Había competido en XCO, y llevo la competición en la sangre, pero de repente dejé de verle sentido a dar vueltas y vueltas al mismo circuito una y otra vez. Eso es lo que me atrajo de las carreras como la TCR: son distancias largas, solo con tu propio impulso, en el mínimo tiempo posible, y eso me parecía ciclismo en estado puro”.

Robin Gemperle

En 2023, Robin ganó la Atlas Mountain Race y la Hope 1000, otras dos carreras de larga distancia sin apoyo externo muy importantes. Afrontó la TCR con expectativas, pero también algo nervioso. Sin embargo, Robin dio la impresión de no perder la compostura con su característica actitud fría y quitándole hierro a las dificultades antes de la carrera.

La carrera

Estrategia previa a la carrera

El punto de control 2 es la clave

El planteamiento de Robin combina una organización sensata de las horas de sueño y un planteamiento creativo a la hora de definir el itinerario.

Su primer objetivo consistía en llegar fresco al punto de control 2, y lo consiguió gracias a exprimir al máximo las horas de luz natural y durmiendo un mínimo de 5 horas durante las dos primeras noches.

Así consiguió ponerse en cabeza de carrera, o muy cerca, en las primeras etapas.

Por desgracia, un pinchazo inoportuno y una mecha que no consiguió arreglarlo bien le hizo replantearse las cosas y, con un poco de fortuna, encontró un juego de ruedas nueva en Sarajevo para poder continuar con la ruta. Gracias a esto Cristoph, el ciclista que rodaba más cerca de Robin, amplió su ventaja en esta fase de la carrera. Pero Robin no se vino abajo y siguió confiando en su capacidad de organizar sus esfuerzos y jugar su comodín: ¡la ruta que nadie se esperaba!

Otros ciclistas escogieron una ruta más conservadora, y más larga, hasta los últimos puntos de control, pero Robin optó por el camino más corto lejos del asfalto hasta Theodoriana, en Grecia: al fin y al cabo, la TCR también es cuestión de gravel.

Este planteamiento de ruta alternativa tuvo en ascuas a los espectadores y a la organización de la carrera, porque podía suceder cualquier cosa.

La ruta

Si quieres (intentar) seguir la ruta de Robin, puedes echarle un vistazo en su Komoot.

Te recomendamos que la dividas en más días, o que elijas un país y recorras esa distancia para hacerte una idea de lo que es competir en la TCR.

El final

La batalla con Christoph

Análisis tras la carrera

Equipamiento

Además de echar su amuleto y la gorra con el número 003, Robin fue muy riguroso a la hora de seleccionar y preparar su equipamiento.

Como colaborador de SCOTT, escuchamos con atención lo que Robin nos transmite y lo tenemos muy en cuenta a la hora de desarrollar nuestros productos, sobre todo en casos de uso extremo, como este.

Robin se decantó por un cuadro Addict Gravel Tuned para, a partir de ahí, construir una máquina de competición total para carreras de larga distancia. Le importaba la comodidad, pero sin sacrificar la velocidad, y buscaba una bicicleta capaz de sobrevivir a las rutas nada convencionales que había elegido.

En el manillar optó por una versión sin cuernos acampanados del cockpit Syncro IC, con extensiones que mejoraran la aerodinámica a la hora de machacar kilómetros.

Su bicicleta cuenta con un equipamiento muy interesante, como el sillín personalizado REFORM y las Supernova M99 Mini Pro B54 para la visibilidad nocturna.

Puedes consultar todos los detalles técnicos de la bicicleta aquí.



La mente

No solo el cuerpo desempeña un papel esencial en una carrera como la Transcontinental: la mente también participa.

¡Qué importante es tener fortaleza mental para aguantar tiradas tan largas en solitario!

Eso sí, con una lista de canciones buenas y bien escogidas, las cosas son más fáciles.

A Robin le gusta su música porque, entre otras cosas, es DJ y un auténtico hombre del Renacimiento; comparte con nosotros su lista de música para que cerremos los ojos, visualicemos la carretera y pasemos a un estado de meditación del ambiente sonoro que encontraríamos en la novena edición de la TCR.

Robin terminó la Transcontinental en 8 días, 22 horas y 47 minutos.

Quedó en segunda posición, por detrás de Christoph Strasser.

El año que viene volverá a por más.

Sigue a Robin

Fotos: Lukas Schumacher ©Transcontinental Race Liz Seabrook Beatrice Berlanda Saskia Martin Tom Gibbs