Final de temporada 2015 para ORICA GreenEDGE e IAM Cycling
30 julio 2015
A principio de julio, todo el mundo del ciclismo en carretera se desplazó hasta Utrecht, Países Bajos, para acoger la primera etapa de la 102.ª edición del Tour de Francia. Como se vio en ediciones anteriores del Tour, el equipo ORICA-GreenEDGE se dispuso a disputar por cuarta vez la carrera ciclista más dura del mundo con fundadas esperanzas de cosechar algún triunfo de etapa, mientras que para el IAM Cycling era su segunda participación en la prueba. Después de tres semanas de sol, felicidad y gloria, llegaron a la capital de Francia, París.
Las dos primeras jornadas transcurrieron bien, pero en la tercera etapa la carrera sufrió un vuelco terrible para muchos equipos, sobre todo para el ORICA-GreenEDGE. Se produjo una caída masiva a alta velocidad que acabó con gran parte del pelotón en el suelo. Simon Gerrans y Daryl Impey se retiraron de la carrera por las lesiones sufridas, y tan solo 48 horas más tarde Michael Albasini también se retiró a causa de otra caída.
A pesar de las numerosas lesiones y de los contratiempos sufridos, los seis corredores restantes siguieron luchando con pundonor. A la conclusión del Tour de Francia 2015, el ORICA-GreenEDGE terminó con siete corredores clasificados entre los diez primeros en diferentes etapas (cinco para los hermanos Yates y dos para Michael Matthews).
El IAM Cycling salió bien parado de la escalofriante caída de la tercera etapa y consiguió un magnífico tercer puesto de Jarlinson Pantano en Gap. Matthias Frank, aspirante al maillot amarillo, volvió a París con un magnífico octavo puesto, lo que mejora las esperanzas de IAM Cycling de cara a las siguientes carreras por etapas.
El domingo 26 de julio, los corredores partieron de la línea de salida con la alegría de disputar la vigesimoprimera etapa, el último reto de la edición 2015 del Tour de Francia. Era una sensación algo extraña para los corredores. Es la sensación de haber hecho algo muy especial; para muchos un desafío, para otros la consagración, pero para todos y cada uno de ellos el Tour es una experiencia increíble y extraordinaria.
No hay nada como terminar la carrera en París. París es una capital cultural repleta de monumentos extraordinarios y magnífica arquitectura. Los Campos Elíseos probablemente sean la avenida más conocida de todo el planeta, y para todos los corredores es una sensación única rodar sobre los adoquines mientras los aviones del ejército francés trazan en el cielo los colores de la bandera francesa.
El Tour de Francia ha terminado, y los profesionales vuelven junto a sus familias tras pasar unas semanas fuera de casa. Y es en ese momento cuando descubres que el deporte y el ciclismo exigen una dedicación exclusiva a los profesionales, que necesitan contar en todo momento con el apoyo de los suyos.
