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Situado en la Columbia Británica canadiense, Squamish es un epicentro del ciclismo de montaña en América del Norte, seguro que hay habrás oído hablar de él. Pero aquí es donde nos preguntamos: ¿queda algún recorrido que no conozcan aun los aficionados de la zona ni las hordas de visitantes veraniegos?

Tengo la suerte de vivir en Squamish desde hace casi 20 años. Aunque nací en el Este de Canadá, me trasladé a las montañas costeras de la Columbia Británica para disfrutar de un ciclismo de montaña increíble y, a veces, de un esquí que tampoco está nada mal. He visto cómo ha evolucionado Squamish en estos 20 años; ya no es ‘ese pueblucho de leñadores donde a nadie se le ocurriría detenerse de camino a Whistler’, sino más bien ‘para qué conducir 45 minutos más hasta Whistler si aquí hay tantas rutas buenas para la bicicleta’.

A ver: Squamish también tenía su encanto con los tirantes de Stihl y las botas de goma en la taberna del pueblo, pero ahora es una comunidad vibrante repleta de apasionados del deporte en la montaña. Los leñadores siguen ahí, y también les gusta salir a rodar con la bici por la montaña. Hay para todos los gustos: ciclismo de montaña, esquí, escalada, trail running, caza, motociclismo, motos de nieve o kite surfing. Siempre te encontrarás con alguien que es mejor que tú, sale a la montaña más temprano, llega más lejos, va más rápido y ha rodado/esquiado/escalado esa ruta antes que tú.

¡Y no me quejo! Estar rodeado de personas y en una cultura que gira en torno a descubrir nuevas aventuras es algo que te inspira, porque tienes que ir cada vez más lejos para descubrir esos lugares que no conoce nadie.

El punto de partida

En 2022, el verano fue anómalo, hizo mucho calor y fue muy seco, vinieron muchísimos ciclistas y es cierto que las rutas no estaban en las mejores condiciones posibles. Los peraltes parecían de talco, y había que ir 20-30 segundos detrás del corredor anterior para que la polvareda se asentara.

Para buscar zonas en buen estado y evitar destrozar las rutas del valle había que planificar las salidas de otra manera. Y, ya puestos, ¿por qué no buscar un recorrido para el que no hiciera falta desplazarse en coche ni usar lanzaderas? Aquí es donde entra en juego Mount Habrich.

Sensaciones

El Habrich es una torre de granito a 1800 m/5900 pies por encima de mi casa donde abundan las rutas de senderismo, los senderos de aproximación para escalada y los recorridos para motos de trial. Desde la cota 800 m hasta más o menos los 200 m nos encontramos con una red de rutas de ciclismo trazadas en su mayor parte sobre roca granítica. Si conseguía encontrar una ruta que, saliendo de mi casa, me permitiera recorrer las rutas de ciclismo de montaña para acabar en la misma puerta del bar, el resultado sería una jornada más que estupenda en la montaña. Eso sí, no es habitual trazar una ruta así.

Había que enlazar diferentes tramos de varias rutas, subir por caminos forestales y laderas para esquí de travesía, recorrer senderos por aristas y rutas de aproximación para escalada, junto con recorridos para moto de trial hasta llegar hasta el punto más alto de la red de rutas de bicicleta de montaña.

Sobre el mapa parecía una opción estupenda, y la verdad es que salió bien, pero nos costó un poquito más de lo que habíamos previsto. Es más, llegamos ya de noche a las rutas de ciclismo y tuvimos que lanzarnos a oscuras por un camino forestal hasta llegar al bar.

4:00 horas - Tramo 1

Las locuras salen mejor si vas acompañado de más chiflados, y a las 4 de la madrugada se presentó lo mejor de cada casa. Joel Ducrot, trasplantado a Squamish directamente desde Suiza, un loco de los descensos. En cierta ocasión, Joel hizo una ruta de 115 km por los Chilcotins, seguro que luego pasó varios días reventado en el sofá de su casa, pero yo probablemente me hubiera muerto en el km 86 de una ruta así. Jason Ammerlan, J, es mi vecino, y el único del equipo que sabe manejarse con cuerdas y en precipicios de roca, pero de eso os hablaré más adelante. Peter Wojnar, otro lugareño de Squamish conocido por escoger siempre las rutas más salvajes. Por ejemplo, la ruta de 115 km en un día por los Chilcotins fue idea suya. Margus Riga, fotógrafo de aventuras en bicicleta de montaña que nunca dice que no a una ruta a lo grande ni a pasar un buen rato. Lleva subiendo montañas desde antes de que naciera Woj, y cada año parece que está más en forma.

4:45 horas - Puente cerrado

Habíamos pensado en hacer un tramo en coche, pero sabíamos que iban a arreglar un puente en esas fechas y no queríamos quedar atrapados sin poder cruzar el río. El puente estaba intacto en su mayor parte, así que nos apañamos para cruzarlo a pie con las bicicletas al hombro.

6:45 horas - Amanecer en la ruta de esquí

Después de 2 horas de ascenso por caminos forestales, llegamos por fin al primer tramo de sendero, una ruta de esquí de travesía hasta la arista. Si este terreno es una capa de nieve suave en invierno, en verano se convierte en una escalera de raíces que hay que recorrer con la bicicleta al hombro. ¡No ha estado nada mal el comienzo! Bueno, por lo menos ya empezaba a salir el sol.

8:00 horas - De la arista a The Brain

Senderos alpinos suaves y sublimes, algún que otro ascenso exigente, y varios descensos a tumba abierta. Cuando contemplábamos la vía ‘The Brain’, el primer ascenso vertical que habíamos previsto, desde el otro lado de un valle, empezamos a cuestionarnos si nuestro plan sería viable. Tardamos dos minutos rodando sobre rocas hasta llegar a la base. Si teníamos por delante más terreno así de complicado, estaba claro que íbamos a subir The Brain, sí o sí.

8:30 horas - Un precipicio de roca

Nuestra aproximación a ‘The Brain’ incluía varios tramos con cuerdas fijas, otros tramos donde podíamos pedalear, y había dos en particular donde la cuerda fija era esencial para poder bajar a pie. ‘The Brain’ era un rompecabezas vertical de 10 metros de desnivel y Jason hizo enseguida uso de su experiencia en escalada. Habíamos dejado los arneses y las cuerdas en mi casa, pero todos echamos unas cinchas y un mosquetón para improvisar unos arneses alpinos auténticos. Con ayuda de la cuerda fija, subimos nosotros antes de subir las bicicletas, y cada vez les hacíamos menos arañazos.

10:00 horas - Al pie del Habrich

Un sendero alpino increíble, con algún que otro peñasco de granito, sin la más mínima huella de que otros ciclistas hubieran pasado antes por ahí. Al pie del macizo del Habrich, teníamos la sensación de estar en los Alpes. Bueno, eso es lo que decía Joel, porque yo nunca he estado en los Alpes.

14:00 horas - Meseta de granito

Tras algún que otro ascenso y descenso con cuerda fija, llegamos a una ruta de senderismo que atraviesa la cordillera. Desde ahí se veía justo el lugar donde empezaba el descenso final, y nos alegramos. Estamos en la parte más alta de una zona de rompepiernas de granito que pedía a gritos rodar y disfrutar de la montaña.

16 horas - ¿Dónde está la ruta de Al?

La arista era un constante sube y baja, con una mezcla interesante de tramos muy empinados y otros ideales para rodar a buen ritmo. A esas alturas, la proporción entre pedalear y caminar estaba fácilmente en un 70:30. Además del descenso final, queríamos conectar varias rutas diferentes para volver a la carretera de acceso y a la zona de ciclismo de montaña, si es que encontrábamos alguna ruta que conectar…

16:45 horas - Llámale Al

Entre buscar la ruta y picar algo de comer perdimos algo de tiempo, pero ya nos disponíamos a afrontar el descenso final, una mezcla difusa de senderos de media montaña, toboganes de granito, peraltes naturales, saltos dobles y algún que otro ascenso, para que no se aburriera nadie.

19:30 horas - ¡A todo gas!

Empezaba a caer el día cuando llegamos a la zona baja de moto de trial para acercarnos a la carretera de acceso. Nos pusimos los frontales, y me gustaría presumir de que tuvimos el valor de lanzarnos por estos senderos de trail en bicicleta de noche solo con la luz de nuestros frontales, pero en lo que pensaba de verdad es que tras unos 15 minutos de descenso por camino forestal llegaríamos al bar para tomarnos unas cervezas: ¡y eso es lo que hicimos!


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