5.La ruta
Antes de lanzarte al monte, no te olvides de usar nuestra lista de verificación antes de la ruta para llevar la bicicleta bien preparada.
Ya tienes un buen plan, has preparado el equipaje, has tomado las medidas de seguridad esenciales, has subido el mapa a tu dispositivo de navegación y has comprobado el estado de la bicicleta: ¡ha llegado el momento de echar a andar en esa espectacular aventura en solitario que tantas ganas tienes de hacer! A continuación encontrarás unos cuantos consejos finales para que puedas disfrutar de la experiencia de principio a fin:
• Ve a tu ritmo: recuerda que la ruta es larga, no hay ninguna necesidad de correr. Por supuesto, hay que avanzar, pero a tu aire, no es una carrera. Detente a descansar cada vez que lo necesites (para comer, para beber, a lo mejor para estirar las piernas y la espalda), y controla el tiempo que vas tardando para llegar a tu destino sin estrés.
• Come y bebe a menudo: ¡no esperes a que te entre hambre o sed! Para que la ruta de larga distancia salga bien, es importante anticiparse a esas sensaciones. Intenta beber algo al menos cada 20 minutos, y comer algo al menos una vez a la hora para ingerir esas 250-300 calorías por hora que necesitas. Si puedes, toma algo de comer con más frecuencia, dale gasolina a tu cuerpo para poder rodar más tiempo y mejor.
• Cuida el trasero: no hay nada peor que tener el trasero dolorido cuando vas sentado en el sillín. Lo ideal es que ya hayas determinado si el sillín que tiene tu bici te resulta cómodo. Si no es así, por desgracia no hay muchas maneras de comprobar si un sillín es cómodo sin haberlo probado. Un buen culote con tirantes u otros pantalones de ciclismo con badana contribuyen a una mayor comodidad, y puedes utilizar crema antirrozaduras si eres sensible. Echa un vistazo aquí a nuestros culotes y ropa interior para mujer y aquí para hombre
• Trabaja la cabeza: disfruta de este tiempo en solitario para despejarte la cabeza. Céntrate en pedalear, en respirar, en tu ritmo, en tu destino. Es posible que encuentres tu razón de ser, un mantra al que puedas recurrir cuando las cosas se compliquen. Con suerte, sentirás que vuelves a conectar contigo mismo y con la naturaleza que te rodea.
• Diviértete: porque, al fin y al cabo, es de lo que se trata. Disfruta de la ruta, párate a hacer fotos y a oler las flores, y vuelve con recuerdos bonitos.